Además de ser el país con más habitantes, el principal consumidor de energía o el que cuenta con mayores reservas exteriores, China es la segunda mayor economía del mundo, con un PIB aproximado de 21.865 millones de dólares que le sitúa tan solo por detrás de Estados Unidos.
Gran parte del éxito de la situación económica del país se debe a que las infraestructuras logísticas de China son clave en la economía y el transporte de mercancías mundial, con unas infraestructuras logísticas insuperables, especialmente en cuanto al transporte marítimo de mercancías se refiere.
Pero, además de ser la mayor potencia exportadora de bienes, China también es uno de los principales importadores de mercancías a nivel global, recibiendo cada año miles de millones de toneladas de alimentos, combustible, recursos minerales, equipamiento médico o productos químicos de gran parte de países del mundo.
Y, aunque las relaciones diplomáticas entre España y China comenzaron en la década de los 70, lo cierto es que ha sido en los últimos años cuando el envío de mercancías de España a China ha aumentado enormemente.
A continuación, indicaremos tanto la documentación comercial como logística necesaria para exportar a China, así como cómo funcionan los recargos por el transporte marítimo de mercancías al gigante asiático.
Documentación necesaria para exportar a China
Documentación comercial
- Factura comercial: es un documento esencial en las exportaciones hacia China, emitido por el exportador una vez confirmada la operación. Su objetivo principal es que el comprador asuma el pago por los productos y servicios suministrados.
- Packing list: en este caso, el exportador proporciona un control detallado de las mercancías exportadas. En él se especifican todos los bultos, cajas o paquetes que conforman el envío, junto con su peso y contenido, identificados mediante números o referencias.
- Factura aduanera: este documento es generado por el vendedor y requerido por las aduanas de ciertos países importadores. Se usa principalmente para fines estadísticos.
- Certificados de origen: su principal objetivo es demostrar el origen de las mercancías y cumplir con los requisitos aduaneros en China.
Documentación logística
- Conocimiento de embarque marítimo: documento emitido por las navieras o sus agentes, confirmando la recepción y transporte de la mercancía al puerto de destino. Cumple funciones de acuse de recibo, contrato de transporte y título de crédito.
- Conocimiento de embarque aéreo: documento que acredita el contrato de transporte aéreo entre el expedidor y la compañía aérea. Detalla la recepción y el compromiso de transporte de la mercancía al aeropuerto de destino.
- Carta de porte por carretera (CMR): documento emitido por empresas de transporte o transitarios, confirmando la recepción y transporte de la mercancía según las condiciones acordadas. Se emite en originales para el expedidor, destinatario y transportista.
- Seguro de transporte: contrato en el cual el asegurador se compromete a indemnizar al asegurado o beneficiario en caso de un riesgo o evento incierto que afecte a la persona o artículo asegurado, a cambio de una prima.
Recargos por el transporte marítimo de mercancías a China
El transporte marítimo internacional implica una serie de recargos que variarán en función del país de destino:
Recargo por combustible
Ante los constantes cambios en el precio del combustible, es necesario mantener unos niveles estables de flete. Para ello, se incluyen unos costes de combustible que no son reversibles, quedando un BS/BAF residual. BS son las siglas de Bunker Surcharge y BAF de Bunker Adjustment Factor.
Recargo por ajuste monetario
Este recargo se aplica desde el momento en que el porteador adquiere una serie de deudas en diferentes monedas, siempre que se comprometa a pagar la misma cantidad en dichas monedas. Los costes se ajustan según la moneda de la tarifa, que por lo general suele ser el dólar americano.
Gastos de terminal
A esto hay que sumarle los gastos de terminal, que consisten en una suma fija que el porteador cobra al usuario por cada contenedor, que en la mayoría de casos, en el comercio marítimo se aplica como un recargo al flete marítimo. Un recargo que varía según el puerto de operación y otros conceptos, y que únicamente se aplica a puertos extranjeros, cuando los gastos de terminal no estuvieran incluidos en la tarifa básica.
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